LA MUJER DEL CEMENTERIO
Esta historia ocurre en España.
Serian alrededor de las 16:00 de un frió noviembre. El cielo se encontraba encapotado y hacia poco que había llovido y el frió empezaba a arreciar.
Manuel, taxista de profesión se encontraba en la parada de taxis cercana al cementerio de su ciudad a la espera de clientes. Era un buen mes para trabajar esa zona ya que era el mes de los difuntos y muchas personas concurrían en el cementerio para llevar flores y limpiar las tumbas.
Abrieron la puerta trasera de su taxi y se subió una mujer madura que le indico una dirección.
Manuel puso el taxímetro en marcha y procedió a llevar a la pasajera al lugar indicado.
Una vez allí y sin mediar palabra la mujer se bajo y dejo la puerta abierta del taxi. Manuel pensó que se había bajado un momento y que proseguirían hacia otro lugar.
Después de esperar un rato se bajo del taxi a fumarse un cigarro y vio a la mujer dentro de la casa a donde la había llevado. Era una casa de dos plantas en un buen barrio de Madrid.
Subio de nuevo a su coche y siguió esperando y esperando. Paso unas dos horas y ya la espera era demasiado larga como para no hacer nada.
Manuel se decidió a llamar a la casa para preguntar si la mujer volvería a usar el taxi o bien para que le pagara la carrera.
Llamo a la puerta y le abrió una mujer mayor que le indico que allí no había entrado nadie en toda la tarde. El taxista creía que lo estaban engañando y exigió que le abonaran lo que se le debía por el transporte y el tiempo de espera.
Ante la insistencia de Manuel la mujer le indico que en aquella casa la única mujer que vivía era ella y su marido.
El marido de la señora se persono en la puerta y le indico al taxista que allí no había entrado nadie, que si quería que pasara a ver con sus propios ojos que allí no había ninguna otra mujer.
Manuel entro en la casa y vio un foto de la mujer que había transportado. Gritando le indico al matrimonio que esa era la mujer.
Cual fue la sorpresa de estos que enmudecieron y le dijeron al taxista en voz baja que era la hermana de la señora que hacia unos años que había muerto.
Manuel se temia que lo estaban engañando de una forma descarada y se irrito mucho. Ante esto el marido de la señora le enseño hasta la esquela que salio publicada en el periódico en la fecha de la muerte de la hermana de su mujer.
El pobre taxista no sabia ya que pensar y el matrimonio se encontraba totalmente desconcertado.
El estado de nervios de Manuel y la insistencia de este hicieron que el pobre matrimonio le dijeran que estaba muerta hasta la desesperación. En un momento de impotencia el marido le indica a Manuel que vayamos al cementerio.
Los tres sin hablar en todo el trayecto fueron al cementerio antes de cerrar, con la noche ya cubriendo Madrid. Entraron en el mismo y el desconcertado matrimonio lo llevaron ante el nicho de la mujer.
Allí estaba su nombre. Había fallecido hacia cinco años. Manuel no supo que decir y se marcho sin decir palabra.
Lo que ocurrió aquella tarde no se le olvidaría jamas pero tampoco va contándolo a los cuatro vientos porque no quieren que lo tomen por mentiroso o loco.
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